Arquitectura y Humanidades

Propuesta académica
 

 
Recomendaciones para la presentación de artículos y/o ensayos.

"El arco y la lira" de Octavio Paz
Fondo de Cultura Económica, México, 2006.

Jorge Anibal Manrique Prieto

En este libro, el autor se plantea una reflexión sobre el fenómeno poético. El fenómeno entendido como una manifestación que se hace presente a la consciencia de un sujeto y aparece como objeto de su percepción; es decir, Octavio Paz explica la manera en que la poética está directamente relacionada con la experiencia del ser humano. Sin el ser humano: lector, espectador o habitante de una obra, no se puede hablar de la existencia del fenómeno poético.

En la introducción, el autor explica la diferencia entre poesía y poema, destacando que no todo poema es poesía, pero que toda poesía puede ser poema; y mucho más que poema. Afirma Octavio Paz: "Y así es: no todo poema- o para ser exactos: no toda obra construida bajo las leyes del metro- contiene poesía. (…) hay poesía sin poemas; paisajes, personas y hechos suelen ser poéticos: son poesía sin ser poemas". [1].

En el primer capítulo se pregunta sobre qué es el poema, y habla sobre los componentes de éste: el lenguaje, el ritmo, el verso y la prosa, y la imagen. A través de ellos explica cómo el poema es más que una forma literaria; el poema, para Paz, es un lugar de encuentro entre el hombre y la poesía.

El segundo capitulo es dedicado a la explicación de la experiencia poética en sus diferentes etapas: desde el momento creativo del poeta; cómo plasma él la poesía en la obra, es decir en el lenguaje; y, finalmente, cómo el lector, el espectador o el habitante experimenta la poética al entrar en contacto con la obra.

Finalmente habla en el tercer capítulo de la naturaleza histórica del poema; de cómo éste es un producto social, una expresión de una época determinada y, a la vez, convierte el transcurrir histórico en arquetípico. Es decir, la poesía contiene y revela aspectos tan profundos del ser humano que permite que el poema trascienda su propio tiempo histórico y esté en plena conexión con el pasado y el futuro a la misma vez.

Imagen 1. Mapa conceptual que muestra la estructura del libro. Jorge Manrique.

Resonancia y/o aportación al diseño arquitectónico:

A continuación se presenta un cuadro con algunos de los conceptos que se consideran una aportación directa de este libro hacia el diseño arquitectónico:



Imagen 2.

Como introducción a esta parte final, Jorge Manrique hace una reflexión de su acercamiento a la poética a través de este libro:

"Tiempo atrás, después de haberme titulado como arquitecto y en el ejercicio de la profesión; de repente cuando me encontraba trabajando, solucionando algún espacio arquitectónico, me invadía una duda: ¿cómo hacer que los espacios habitables que estaba diseñando, además de funcionar como albergue físico y "psicológico" para el ser humano, pudieran ofrecerle un confort espiritual como el que yo he experimentado en algunas obras arquitectónicas? ¿Cómo lograr ese "algo" que trasciende el plano funcional de la arquitectura?"

"Antes había escuchado de la poética en la arquitectura, pero nunca me había dado a la tarea, o más bien, no había sabido cómo abordar, cómo adentrarme al conocimiento de la poética. La conocía sólo como un adjetivo que calificaba (en el campo de la arquitectura) a algunos espacios habitables que al parecer lograban tocar las fibras del alma humana".

"Con el privilegio de entrar a este posgrado (Maestría en arquitectura en la UNAM) y en especial al Taller de humanidades del campo diseño arquitectónico; descubrí, o más bien, entendí que es necesario que el arquitecto eche mano de otros recursos, en este caso literarios, de las humanidades para buscar las respuestas y el entendimiento con respecto a la poética en la arquitectura. Tema que muchos a veces dan por hecho, superado y, a veces, innecesario; sin embargo, poco a poco, he entendido que la poética es algo inherente al ser humano, es decir, que así como es condición humana razonar; el imaginar o poetizar también lo son.

La primera de las aportaciones que deja este libro a los arquitectos, es la conciencia de que por derecho propio el ser humano al habitar en la obra arquitectónica, además de encontrar resguardo: confort físico y psicológico, debe encontrar el confort espiritual, que no es más que la experiencia del gozo poético.

Octavio Paz a través de este libro también nos dice que la poesía no es algo que se le adiciona a la obra -en nuestro caso la obra arquitectónica- cuando ya está materializada. La poética según este autor, debe estar presente en todos los momentos de la existencia de la obra: en la imaginación del poeta -artista o arquitecto-, en el diseño o lenguaje de la obra, en la materialización -construcción de la obra- y en la experiencia del espectador, lector o habitante.

Finalmente, algunos de los conceptos que pueden ser retomados de este libro, como una aportación al quehacer de los arquitectos como diseñadores de espacios habitables; espacios que por humano deberían estar cargados de poética, son:

Ritmo: el poema, la obra o el espacio habitable debe ser ritmo. El rimo no es más que la evocación de experiencias anteriores, gratas, que permiten que el espectador, lector o habitante sea consciente de su existencia, de su presencia en este mundo. Señala Paz: "El ritmo poético es la actualización de ese pasado que es un futuro que es un presente: nosotros mismos. La frase poética es tiempo vivo, concreto: es ritmo, tiempo original, perpetuamente recreándose" [2].

Vacío: es la posibilidad que tiene la obra, de lograr que la persona se desprenda del mundo y pueda concentrarse en el instante; en la vivencia que está experimentando al entrar en contacto con la obra. Obra que es un lugar, una frontera entre el hombre y su contexto; entre el hombre y el universo del cual es parte.

La Otredad: como la posibilidad que tiene el habitante de contemplarse, reconocerse así mismo a través de la obra; de preguntarse sobre su existencia, de ser consciente de que él es él en un espacio y tiempo determinados. Comenta Octavio Paz: "Los estados de extrañeza y reconocimiento, de repulsión y fascinación, de separación y reunión con lo Otro, son también estados de soledad y comunión con nosotros mismos. Aquel que de veras está a solas consigo, aquel que se basta en su propia soledad, no está solo". [3].

La revelación poética: Como el goce de vivir plenamente, de sentirse libre, de ser uno mismo, de entender la relación con el universo. De tener una existencia plena. Gracias a la revelación poética, el ser humano se renueva, se revitaliza para seguir adelante. Así, la obra de arquitectura debe proponer de una manera contundente la constante renovación del ser que la habita. Comenta Octavio Paz: "La experiencia poética es una revelación de nuestra condición original. Y esa revelación se resuelve siempre en una creación: la de nosotros mismos". [4].

La inspiración: no como un momento de alumbramiento solamente; sino como un proceso de conocimiento que el poeta, artista o arquitecto, debe tener de la complejidad del ser humano -sus condiciones físicas, psicológicas y espirituales-, del contexto donde está inmerso, del lenguaje -en nuestro caso de la arquitectura- y sus valores. La Inspiración como un trabajo de conocer que se convierte en un trabajo de proponer.

Notas

1. Paz, Octavio, "El arco y la lira", México: FCE, 2006, p. 14.
2. Paz, op. cit., p.66.
3. Paz, op. cit., p.134.
4. Paz, op. cit., p.154.

Imágenes y fotografías: Cortesía del autor.

Bibliografía

Paz, Octavio, "El arco y la lira", México: FCE, 2006.

Jorge Anibal Manrique Prieto